Blogia
Mirando a...

Viajes

La Gran Muralla China (长城)

¡Primera visita turística!. Ya tocaba hacer algo de turismo desde que llegué... empezando a lo grande, hoy hemos ido a ver la Gran Muralla. Es aún más bonita que en las fotos, eso sí, las tres horas de autobús para ir, no te las quita nadie... pero luego, cuando empiezas a ver kilómetros y kilómetros (más de 5000) de piedras y torres que dibujan el perfil de la montaña, se te olvida el cansancio y hasta sientes deseos de comprar 10 postales por 8 yuanes (80 céntimos).

Luego toca subir, nosotros hemos recorrido el tramo de Zhimatai (o Simatai según quién escriba) en unas 5 horas... íbamos con una guía cantonesa que llevábamos puesta desde Beijing y hemos pasado calor, hecho mucho ejercicio y bebido dos Tsing Dao en la cima del Mundo (no es la cima de nada... bueno de la Gran Muralla sí, pero es que había sed).

Ya pondré fotos cuando esto me lo permita, pero es un sitio que merece la pena ver, además, el día ha amanecido claro y hemos podido contar, a simple vista, unas 16 torres que unían los diferentes tramos y que se perdían entre las montañas. Sin embargo, hay personas que no pueden acceder a la Gran Muralla, cosa que sabes cuando subes hasta el pie (unos 20 minutos andando). Mayores de 65, personas con problemas de corazón, etc. son devueltos a la zona de tickets y han de pagar 30 yuanes adicionales para subir en cable (teleférico) o para dar una vuelta en el barco que surca el lago de Zhimatai al pie de la muralla.

Después de esta visita, vuelta a Beijing en un viaje que se prometía de 4 horas pero que se quedó en 2 (en vez de un camino de un carril por sentido que había hace 3 meses, ahora hay una autopista de 5 carriles por sentido), es sólo una muestra de que, cuando pones a gente a trabajar en tres turnos (mucha gente) y trabajan de verdad, las cosas se hacen rápido.

A la llegada, ducha y a cenar que cerraban los sitios, hoy tocaba visita a un Restaurante Japonés en el centro comercial Huanlin (como cualquier otro en Europa) y luego una Corona (la Coronita de toda la vida) en el Lush. Para otra semana dejamos Sanlitou, un lugar donde se juntan los mejores locales de diseño de Beijing y punto de reunión de todos aquellos (chinos y extranjeros) que les gusta salir de fiesta sea cuál sea el estilo de música y las ganas de bailar, estar sentado, hablar, cantar, etc. que tengas.

Mañana a estudiar (no demasiado) y a comer a un 胡同 (Hutong), algunos de los patios y callejas que están derribando por el crecimiento demográfico y urbanístico. Los que quedan, los restauran y abren como terrazas al aire libre, museos, exposiciones, en definitiva, oasis en Beijing, que buena falta hacen.

 

 

 

Mosquitos en Beijing

Cuando jugabas a algunos juegos tipo Heroes, Empire Earth... alguna vez te salía un mensaje que decía: ¡¡PLAGA!! y todas tus poblaciones se reducían a la mitad... aquí en Beijing también hay plaga, pero lejos de desaparecer nadie, lo que hay son unas nubes de mosquitos que no dejan acercarse a nada que se parezca a un parque.

A parte de los insectos, el martes por la noche tuvimos una cena a cuenta de la Academia. Nos pusieron de todo, pero lo que triunfó fue el pollo empanado con salsa de soja dulce (somos tan simples...). En la cena, cada uno se presentó, contó cómo había acabado en China y cuánto tiempo iba a estar allí... había algunos, caso de dos suecos (los dos bajitos de verdad) que iban a estar hasta Navidad aquí y habían llegado hace un mes, Christian, el danés de 2 metros del que ya he hablado, estará hasta enero. También hay un hombre mayor, de unos 70 años, suizo y jubilado que le encanta China, los chinos y estar lejos de su mujer (creo yo) y estará aquí tres meses a parte de los cinco que ya ha estado. La verdad que visto así un mes no es nada (ni visto de otra manera pero vaya) pero te das cuenta de que hay gente que está aún peor de la cabeza que uno mismo.

Después de la cena nos fuimos a tomar  一 杯 咖啡(yi bei kafei - un vaso de café) a un centro comercial gigante que hay cerca del Hotel, son unas siete u ocho plantas donde todo es muy caro y donde el café es tamaño ahorro (americano con un rico sabor a nada). En fin, que a pesar de todo (cenar y salir), llegué al hotel a las 21:00 y es que aquí... siempre sobra algo de tiempo.

Ayer, al terminar las clases, cogimos un autobús (toda una experiencia). El autobús era muy viejo (no antiguo, viejo) pero tenía pantallas planas que iban dando las noticias... el viaje costaba 1 yuan (10 céntimos de Euro) así que tampoco podías pedir mucho. Llegamos, tras ratos de atasco y casi una hora para llegar a un lugar que, según la directora de la Academia: "está aquí al lado, dos paradas de bus y ya llegáis". Una vez en Zhongguancun, lugar donde íbamos y donde se encuentra el mayor mercado de electrónica de toda China (más que los ultramodernos de Sanghai). Entramos a dicho mercado, un edificio de nueve plantas y un porrón de metros cuadrados donde, nada más entrar, empezabas a escuchar como te reclamaban desde todos los puestos... las primeras plantas son las de  注册 (zhu ce - marca), donde puedes encontrar los artículos verdaderos como I-Phones, Ordenadores de marcas conocidas, MP4 y MP5... de todo... si subes, a partir de la quinta planta creo, el panorama cambia, si te detienes medio segundo a mirar algo, una horda de chinos calculadora en mano (para decirte el precio si no sabes chino) se abalanzan sobre ti y empiezan a sacar el artículos que mirabas y los de las cercanías... al más puro estilo árabe.

El caso es que compramos (íbamos Christian, Covak, el holandés que habla español y yo) y Covak se compró una memory card... poco más, media hora regateando para bajar a una cuarta parte el precio inicial y dejar prendadas a madre e hija chinas con nuestro acento del mismo Beijing y nuestro porte bigardo (o que no ven un rubio más que en las fotos, que también...) en una tienda de traductoras electrónicas.

Por último fuimos a Lush y alí, entre Tsing Dao y hamburguesa, ganamos un Quiz en el que participaban 12 equipos y que constaba de 5 rondas de 10 preguntas cada una, cine, música, cultura china, varios, frases célebres... entre los seis que formabamos el equipo Ho Chi Min dance (el nombre estaba cuando llegué) sacamos 46 puntos, por lo que ganamos 1000 yuanes (unos 100 euros) y una botella de Jack Daniels... buena manera de acabar el día...

Los primeros días

Ya no hay Jet-lag ni leches... acabo de llegar al hotel (son las 21:15, muy tarde por estas tierras) y ya se puede decir que me he empezado a hacer al ritmo pekinés. El día que llegué no hice más que dormir, bueno... hasta las 17:00 que había quedado con dos amigos pekineses para cenar (unas horas...). La cena estuvo muy bien y descubrí el 米酒 (mijiu), lo que llaman licor o vino de arroz, y que tiene un sabor suave y fresquito que le hace entrar solo, además, es ligeramente dulce y muy bajo en alcohol, por lo que puedes saciar tu sed sin miedo a quedarte dormido en la mesa.

En la cena, Teresa y Carlos (los amigos pekineses traducidos) me regalaron una SIM Card china y dos pares de palillos chinos muy graciosos... son de un majos estos chinos...

 

 

Por lo demás, ayer conocí a mis compañeros de clase, hice mi prueba de nivel, etc. Estoy en un nivel algo superior al que debería, pero con ganas y poco a poco se va sacando bien. Seis horas al día dan para ello... además, en clase sólo somos tres, Pamela, una chica italiana, y Max, un austriaco, por lo que el inglés se practica igual o más que el chino. El resto de la Academia es igual, hay alemanes, suecos, un danés (Christian) muy majo, una ucraniana y un holandés cuya madre es hondureña y su abuelo chino y que hoy me ha dicho tan tranquilo: "Hola, ¿vas a ir a la cena esta noche?" y claro... uno que se ha desacostumbrado al español, pues se asusta.

En fin, en cuanto al tema "lugares recomendables" conozco un bar que se llama Lush, que está en Wudaokou (lo que es pasado Cuenca a la izquierda) y que tiene música en vivo, comida no sospechosa y además pertenece al Centro de Cultura Chino, tiene Wi-Fi, libreria estilo Fnac y, más abajo, todo tipo de artículos de papelería, etc. un sitio curioso... El jueves o el viernes iremos a cenar Roast Duck, el plato típico pekinés, y supongo que después se saldrá a conocer lugares destacables de la geografía pekinesa (酒吧 = jiuba = bar).

 

En resumen, que los primeros días están dando de sí y los que vienen parece que serán interesantes. El sábado voy a la  Gran Muralla, a ver si amanece con sol y puedo hacer buenas fotos.

En Beijing (在 北京)

Llegué... y está lloviendo (de verdad...), lo esperado, aquí hay muchos chinos que hablan muy rápido pero ¡les entiendo bastantes cosas!, lo cual me llena de orgullo y satisfacción.

Ahora mismo son las 16:35 aquí, me he levantado hace un rato, me he duchado y he puesto la tele un rato. Segunda conclusión del viaje: La programación de la TV China es igual o peor que la española, incluído TDT, ya que aquí hay 42 canales con un reparto de unos 10 de Teletienda, 5 de novelas, 5 de noticias y otros 20-22 de temas variados, eso sí, de los canales español e inglés no hay ni rastro...

He dicho que era la segunda conclusión por que la primera la aprendí ayer, o esta mañana... no sé (aún tengo las horas algo perdidas). Lo aprendido es que, en Beijing, se conduce como se quiere, o sea mal. Ayer, viniendo del Aeropuerto en un Volkswagen Jetta (aquí todo son Volkswagen, Toyota o una marca china con forma de V), vi que los ciclistas son mayoría aquí, y cuando digo ciclista digo cualquier persona de cualquier edad subida en cualquier tipo de estructura con dos ruedas que se asemeje, parezca o dé una idea lejana de bicicleta (llevan fardos, la familia, otra bici... lo que sea). Eso sí, hay un sistema cifrado en clave de claxon que es, más o menos así.

Coche A: Piii (quita bici)

Coche B: Piii piii (me cambio de carril)

Coche A: Piiiii (¿pero no ves que voy de frente?)

Coche B: Piiiiiiiiiii (Es necesario que esa otra bici se eche a la derecha)

Coche C: Piiiiiiiiiii (¡Voy!)

Coche A: Piiiiii piiiii (Ni se te ocurra)

Coche B: Piiii piiii piiiiii (tus muertos)

Y, además de eso, los cruces, pasos de cebra y demás intersecciones se rigen por el antiguo código del "tonto el último". En fin, que estas han sido mis primeras horas en China tras un viaje de 9 horas desde Budapest. Ahora me bajo a cenar (sí, a las 17:00) y ya actualizaré con más tontunas. 

A cuatro días de Pekín

Poco queda ya que decir del viaje a China. Sólo las ganas crecientes de coger el avión en Barajas, bajarme en Budapest y directo a Pekín. Una vez allí ir al hotel  (me han prometido una cama King Size, Internet (supongo que soltando yuanes), TV, nevera y mininevera (por si quiero guardar al chino de una pieza o troceado debe ser).

Por lo demás no mucho, me han dado muchos consejos del tipo: No bebas agua que no sea embotellada, no cojas taxis que no sean taxis, regatea como si lo fueran a prohibir y esas cosas... también que no me fíe de los que me vengan hablando inglés y otras muchas historias...

Además de todo esto, también ha habido recomendaciones culturales: Ve a la Plaza de Tiananmen, a tal y cual Templo, a la Ciudad Prohíbida (prometo hacer foto del Starbucks que han plantado allí, sólo comparable al Mc Donalds frente al busto de Lenin que vi en Moscú), a tales bares y karaokes (¿porqué los españoles somos así?). En fin, que haré fotos de todo que ya, con eso de que está escrito en Chino, merece inmortalizarlo (he aquí el motivo de porqué los chinos siempre van con la cámara colgando).

En otro orden de cosas, el primer día, por la tarde (allí la noche empieza a las 19:00), iré a cenar con mis dos nuevos amigos chinos. Si en los siguientes días sólo puedo adjuntar fotos del lavabo y la ducha desde una posición Real (motivada por el hecho de estar en el "Trono"), no añadiré el restaurante a mi lista de sitios recomendables...

Lo dicho, que hay muchas ganas de ir ya para allá, hasta entonces, quedar, despedirse de la gente como si te fueras cinco años a la selva y guardar en la cartera una foto de una tortilla de patatas, aunque hay un tal Manolo que emigró a China hace años y montó un restaurante donde las palabras bravas, queso manchego y tortilla todavía significan algo, habrá que buscarlo...

Cuatro días... se aceptan peticiones, consejos y divagaciones varias...

A dos semanas de Pekín

Ya sólo quedan dos semanas para irme a tomar por saco allí a la tierra de la Gran Muralla, el arroz glutinoso y el lícor blanco en las comidas... como este blog, en vez de contar las tonterías normales que cuenta, pasará a contar las tonterías que acontezcan por allí, pues me parecía un buen día hoy, a dos semanas de irme, para empezar a comentarlo.

El viaje es de madrugada (aunque no sé tooodas las horas que se tardan ya que, además, el reloj va más rápido que el tiempo), lo único que sé es que saldré de España sobre las 8:00 del sábado y llegaré a Pekín a las 5:30 del domingo, previo paso por Budapest a eso de las 10:30 (todo esto horas locales, cuando llegue a Pekín aquí serán las 23:30 del sábado).

En fin, que ya tengo hotel y todo, es de una cadena estadounidense que, después de los Juegos Olímpicos, abrió allí unos 15 hoteles y nada, me pilla a 5 minutos andando del metro y a 5 minutos andando también del sitio donde daré mis seis horas diarias de Chino (olé y olé). El sitio está en el barrio de Shang Di o, lo que es lo mismo, en el quinto anillo de Pekín (cada anillo es como una M-30) así que estoy a unos 15 minutos de la Plaza de Tiananmen (sin tanques) en metro.

Eso es el comedor del Hotel, ya pondré más fotos cuando haga pero, de momento, con eso vale... en todo caso, aún queda que preparar la maleta (¿cuántos kilos puedo llevar?) y demás historias... en dos semanas estaré volando a estas horas... si alguien quiere un regalo algo más elaborado que un gato de los que mueven la mano... este es el momento para decirlo (poned comentarios poned...).

El viaje a Rusia: Vida

El segundo de los tres artículos sobre el viaje a Rusia va sobre la forma de vida de los rusos, de cómo se sobrevive en la capital más cara del Mundo (Moscú) o curiosidades acerca de las bodas, los coches, etc.

Aunque será un post breve, intentaré condensar todo lo posible la información porque, como ocurría con la anterior entrada, es imposible describir una forma de vida en unas palabras y habiéndola conocido (por decir algo) sólo una semana. En todo caso, los rusos son más diferentes de lo que podemos pensar pero, en algunos aspectos, son iguales a franceses, ingleses y, por supuesto, a los españoles.

En primer lugar hay que citar el aspecto económico, el sueldo medio de un ruso es de 400 US $ al mes, por lo que se hace incomprensible que puedan sobrevivir con los precios que se pagan en algunas zonas de Moscú o San Petersburgo (3 € por una caña, 4 € por una botella de agua grande en un supermercado, etc.). Es lógico que habrá mercadillos, tiendas, restaurantes... en zonas más alejadas del centro que tendrán precios asequibles para los rusos. Sin embargo, la vida no es fácil para gran parte de los rusos ya que, por ejemplo, muchas mujeres, después de la jubilación, tienen que trabajar como guardas de salas de museos, acomodadoras de teatros, etc. para dar un añadido a unas pensiones que rara vez superan los 150 US $ al mes).

A pesar de que la vida no es fácil, se nota que Rusia va despertando en el aspecto económico y que el capitalismo, antes aborrecido, es abrazado cada vez más por habitantes y gobernantes de este país. Algunos ejemplos de esta idea se pueden ver al observar un McDonald's delante de un monumento a Karl Marx o un busto de Lenin, al cruzarse en sólo cien metros con tres coches Lada (de fabricación rusa durante la época soviética) y con un BMW X5, un Lexus y un Porsche.

Otro ejemplo que llamará la atención del turista son las bodas. Es difícil no ver en las zonas turísticas un mínimo de tres o cuatro diarias y, además, muy vistosas. Los testigos ataviados con una banda como si de una miss se trataran, limousinas hummer blancas o negras con un ramo en el frontal, invitados vestidos con ropas llamativas, decoraciones doradas, etc. Barroco ruso aplicado a las ropas. Además, un dato relativo a las bodas, 2/3 de las celebradas en 2007, ya han terminado en divorcio.

Para terminar hay que decir que, tanto en Moscú como en San Petersburgo, aunque en mayor medida en la capital, la mayoría de las casas son "casas-colmena" ya que, aunque Moscú ha crecido a lo ancho, son numerosos los edificios de treinta plantas y cientos de inquilinos. En ellos, se pueden ver las clases más bajas de la Rusia post-soviética y, a quinientos metros de ellos, grandes zonas residenciales donde viven aquellos que se han subido al carro de los nuevos tiempos, que viven del petróleo o de otras "actividades", es decir, de aquellos de los que, por mucho viaje que se haga a Rusia, no sabremos más de ellos que lo que nos quieran mostrar.

 

El viaje a Rusia: Gente

Es díficil conocer un país como Andorra en una semana y eso que sólo tiene 90.000 habitantes. Es por esto que Rusia (Россия), con sus cerca de 150 millones de habitantes y sus más de 17 millones de km2, se presenta como un objetivo imposible de explicar en tan poco tiempo. Sin embargo, en los días que uno pasa caminando por Moscú, se observan comportamientos, características de las personas y del entorno que permiten hacerse una idea de lo que puede ser la vida allí.

El primer apartado del viaje lo quiero dedicar a la gente. No sé que idea tendremos los más "occidentales" en la cabeza de lo que puede ser un ruso, pero, al menos, en mi caso, me han sorprendido. Entre las características más destacadas está la de no sonreir, ver a un ruso (sobre todo en Moscú) sonreír es como ver una Aurora Boreal, sólo que imprevisible.

En todo caso, hay que hacer una diferenciación entre las dos principales ciudades; Moscú y San Petersburgo. La primera es capital férrea y la segunda la capital del turismo, por tanto, todo lo que cito se da con mucha más intensidad en Moscú que en la ciudad de Pedro I.

Otro aspecto que llama la atención es el idioma. Salvo las generaciones más jóvenes (y ni mucho menos todos), los rusos sólo saben su propia lengua, ni inglés, español, chino ni nada que se le parezca. Es por esto que son frecuentes las escenas de españoles gritando en su lengua a rusos que responden, a su vez, en la propia, lo que crea situaciones cómicas que terminan solucionándose por gestos o por la cabezonería de una de las partes. La foto que pongo a continuación es del hotel de Moscú, en el cual sólo encontré tres personas que hablaran inglés (contando camareros, recepción, tiendas del hotel, etc.)

 

                                                                                 20080822112828-ingles-ruso.jpg

 

En todo caso y, a pesar de su aparente rechazo al turista, Moscú es una ciudad limpia y que gustará al visitante por su amplitud y quizás desagrade por sus distancias, ya que, cualquier sitio, está a más de veinte minutos andando. Eso sí, se hará ejercicio visitando lugares cercanos como la Catedral de San Basilio y el Kremlin, lo dicho, cercanos pero muy separados.

Por último, las rusas y los rusos, en el aspecto físico. Ellas, a nuestros ojos, valen mucho más que ellos. Ojos azules o negros y el pelo rubio por lo general, unido a un físico cuidado y una apariencia, en algunos casos exagerada (se arreglan para salir a la calle como si fueran de boda). Ellos, por su parte, son de rasgos marcados y menos atractivos que sus compañeras. Además, visten de una manera menos llamativa lo que los hace resaltar menos. Eso sí, en ambos casos se supera el 1’75 de estatura media.

En resumen, personas reservadas, serias y que mantienen la distancia con el turista. A pesar de todo y, por lo general, gente educada y con la que no es dificil convivir ya que es como si se viviera en un mundo paralelo al suyo.